Ahora que estamos entrando de lleno en una época de recesión y teniendo en cuenta lo que cuesta un evento como una boda, vamos a desinfluenciar sobre cosas que no necesitas en tu boda.
Si no sabes lo que es desinfluenciar te contamos que se trata de quitar esa necesidad generada por líderes de opinión sobre aquello que deberías tener, consumir o en definitiva comprar y que normalmente está basado en una acción comercial entre influencers y marcas y que poco o nada tiene que ver con la necesidad real.
Ya se ha convertido en una tendencia en redes sociales y aunque empezó en el mundo de la belleza, se está extendiendo por otros sectores. Y, claro, no podíamos dejar de contarte que en el universo wedding, que taaaanta influencia recibe de todos lados, también existe.
Así que nos lanzamos a desinfluenciar sobre cosas que cuestan un pastón y que, honestamente, por muy de tendencia que sean, no necesitas gastarte ese dinero o puedes tener una alternativa que siendo más económica tenga un efecto parecido.
Tener un segundo vestido en tu boda: no lo necesitas, ni un segundo vestido ni un tercero, como se ha venido poniendo de moda en los últimos años. Normalmente ya cuesta bastante un primer vestido como para ponerte a gastar más en un segundo vestido aunque sea para la fiesta. Es preferible que cuando lo estés diseñando ya tengas en cuenta que luego hay una fiesta con su barra libre, y puedas ir cómoda y bailar según te apetezca. Sin contar con la cantidad de tiempo que necesitas para cambiarte de look y que estás dejando de disfrutar con tu pareja y tus invitados.
Pero si te apetece aun así ponerte un vestido con otro estilo, elige uno de Asos, o de Womance, de Cos, de lo que sea pero que no implique que te dejes un sueldo en él.
Personalizar absolutamente todo: vale que en las bodas estamos en la era de la personalización de prácticamente todo, pero se nos ha ido la pinza con querer tematizar la boda como si fuera un evento corporativo o una fiesta hawaiana. No necesitas marcasitios, ni detalles con los nombres de todos tus invitados; ni cambiar las sillas, vajilla, cristalería o mantelería entre las que te ofrece el catering; ni cartelitos por todos lados de frases sobre el amor; ni crear un cocktail personalizado de la pareja; ni cientos de regalitos para embarazadas, futuras parejas casaderas, familia cercana; ni un postre especial tipo tarta nupcial, ni nada por el estilo.
Los profesionales ya cuentan con trabajos especializados en bodas que recogen lo que mejor funciona en el 90% de las ocasiones, déjate asesorar sobre lo que ya saben que podría servirte y elige a partir de ahí. Esto pasa en casi todos los proveedores: papelería, mobiliario, catering, etc. El único caso de un proveedor que sí podríamos entender que si no encuentras nada de su colección puedas necesitar crearlo de cero es tu vestido de novia, porque ahí sí que tienes que sentirte cómoda 100% con lo que elijas.
Un arco de flores en la puerta de la iglesia o de la ceremonia civil (o cualquier otra decoración excesiva para un instante de disfrute): teniendo en cuenta que si quieres que te quede mono deberás invertir varios cientos de euros para que luzca como las fotos de Pinterest, y la escasa duración en el tiempo de lo que lo vais a disfrutar vosotros y vuestros invitados, no merece la pena. ¿Te van a quedar unas fotos monísimas de tu entrada y/o salida? Por supuesto. ¿Sería más rentable elegir un espacio para la ceremonia que ya sea bonito en sí mismo y no necesite de tanto adorno? También. Además del hecho de que ahí los que tienen que brillar son los novios y sus caras de felicidad, no el trabajo de tu florista.
Nuestra apuesta sobre las flores: elige una zona/espacio en el que sepas que tanto tú como tus invitados vais a disfrutar un buen rato y poténcialo con una buena decoración floral y lumínica que cree una atmósfera única. No hace falta que decores todo a todo trapo.
El coche de los novios o el transporte que vayáis a usar para llegar a vuestra boda: solo excepto el caso de que alguien de la pareja sea un/a friki de los coches y/o sea su único capricho en la boda, es necesario alquilar por varios cientos de euros un coche, del estilo que sea. El tiempo que lo vais a usar es literalmente minutos, apenas nadie lo va a ver excepto vosotros, si queréis lucirlo en la celebración para que la gente se haga fotos suele costar más porque es tiempo de alquiler del vehículo y del conductor que lo tiene que devolver, etc. Actualmente hay muchos servicios de transporte privado con coches de gama alta que son comodísimos, funcionan como un reloj, se pueden reservar con antelación y no cuestan tanto dinero.
Animación de cualquier tipo: está claro que cualquier cosa que levante de la silla a tus invitados es bienvenida, pero no sabemos si ha sido a raíz de las bodas del último año de varias influencers que parece que si no tienes este servicio tu boda va a ser un aburrimiento. Y nada más lejos de la realidad. Es cierto que si tus invitados no están por la labor de disfrutar de la fiesta parece que hay que “motivarlos”, pero este servicio, para que esté bien hecho y sea de calidad necesita de personal y animadores que potencien la fiesta. Bien sea la Hora Loca, el videomatón, un carrito o barra de comida extra, un toro mecánico… Hemos visto fiestas de pueblo con menos actividades que alguna boda últimamente.
Si quieres un servicio de animación, prepara varios cientos de euros para cualquiera de estos servicios, pero si no, no se trata de coger 4 palos led y poner una música a tope; comprar chuches al por mayor y 4 tarros; o unas cámaras desechables y un libro a ver si la gente se anima. Porque queda cutre y para eso es mejor que no pongas nada.
Como ves, en vez de crearte necesidades queremos contarte honestamente que puedes tener una boda preciosa sin tanta tendencia e influencia. Pero como siempre te decimos: opinemos igual o no, es tu boda, haz lo que te dé la gana.
